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En Venezuela se Verificó el Efecto Dominó

El presidente Hugo Chávez fue parado en seco por los ciudadanos


Le dijeron que siempre no

Es admirable el ingenio humano pues de la nada levanta entretenimientos que llegan a tener trascendencia y fama mundial. Un buen día un ciudadano del mundo occidental fabrica un cubo, en apariencia indescifrable, que se convierte en un juego de prestigio y subyuga a la humanidad, así también otro ciudadano del mundo árabe, donde se origina el juego de ajedrez y del dominó se olvida del proceso matemático esencial y se pone a parar y formar filas interminables de fichas.

En centímetros, metros y kilómetros son integradas hileras interminables con el espacio justo de separación entre pieza y pieza. Son hileras de sublime belleza pero efímeras porque precisamente el “efecto dominó” es fundamentalmente efímero debido a que si se derrumba la primera ficha, cae sobre la segunda y esta sobre la tercera hasta llegar a la caída total de las hileras causando la desazón y el colapso.

Quien o quienes dieron vida al entretenimiento jamás se imaginaron que se convertiría en dura lección para los seres humanos sobre todo para los políticos y los aspirantes a construir imperios y dictaduras.

La humanidad se quedó de una pieza, como dicen los maestros, cuando comprobó que el jocoso, folklórico y furibundo militar Hugo Chávez fue basificando su permanencia en el poder presidencial, con miras a establecer la dictadura bolivariana en su patria y en América del Sur el imposible “socialismo democrático” del que el propio Hugo Chávez dice que prevalece en la República Popular de Cuba, animado por los hermanos Fidel y Raúl Castro.

El jocundo militar, al que los periodistas y caricaturistas venezolanos de oposición llaman “El Porky Chávez”, en ocho años de mando, solventada su actuación por los mares de petróleo que entrega a los Estados Unidos, patria en su odiado “enemigo” George Bush, fue formando su propio “dominó” en hileras y más hileras de actitudes vociferantes, amenazantes, ofensivas y denigradoras de sus adversarios. Al Presidente de México le aplicó el mote de “cachorro del Imperio” y por el efecto hilarante que causó se siguió de largo aplicando a raja tabla las fórmulas imperialistas que pudieron tener efecto en la Isla Bella, pero no en la patria de Simón Bolívar. La operación “dominó” es endeble en sí misma y por sí misma. No tiene bases reales ni fundamento ideológico.

 

¿Conoce Chávez la Historia de Venezuela?

Hugo Chávez es temible golpista militar. Por esas artes llegó al poder. Se olvidó por completo que muchos de los militares que le antecedieron en el mando presidencial venezolano quizá ni cenizas sean.

La Venezuela de Rómulo Betancourt, Patria de Simón Bolívar, insistimos, quien logró, sostuvo y prolongó sus mandatos a sangre y fuego, fue colocada en el concierto americano por militares ambiciosos. Asesorados por norteamericanos y europeos.

Sobresalientes fueron los coroneles Víctor Delgado Chal-baud y Marcos Pérez Jiménez quienes demandaron de los Presidentes Mexicanos Miguel Alemán Valdez, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos y tal vez don Gustavo Díaz Ordaz, el asesoramiento y el apoyo técnico efectivo para construir una Venezuela Moderna y Justa. Tenemos entendido que fueron constructoras mexicanas las que hicieron la afamada autopista de La Guaria a Caracas y otras urbanizaciones que aún perduran.

 

 

 

Delgado Chalbaud fue brutal y en él tuvo aquel efecto bíblico: “el que a hierro mata, a hierro muere”.

Pérez Jiménez, según se tiene entendido fue aventajado discípulo del Colegio Militar Mexicano, también gobernó con mano de hierro pero los militares que han sido la pesadilla negra sufrida por los venezolanos no soportaron ese mando y tanto Víctor como Marcos pararon en el panteón de los presidentes venezolanos violentos.

Venezuela es una nación privilegiada. Su riqueza material no se basamenta en el petróleo ni el gas que lo tiene en abundancia, pero su gente ha sido calificada como “carnavalesca” porque le da respuesta fiestera a todos los problemas.

El propio Chávez ha hecho del gobierno una fiesta. Un taurino español lo describió magistralmente: “es el jefe de la charlotada torera en donde de repente un relampagueante mete y saca con daga de acero acaba con el enemigo”. Esto se suma a las palabras sabias venezolanas que estremecen: “no será en días, ni semanas, pero sí en un mes del año en que la Venezuela que creo, puede decirle que ya no lo necesita”.

Cuando el Venezolano Dice que no, es no

Hugo Chávez en ocho años fue levantando fichas de su propio dominó; cuando había formado hileras por toda Venezuela se sintió más que seguro y convocó al “referéndum” entre canciones mexicanas y ofensas a otros mandatarios como al español Aznar al que llamo “fascista”.

No se percató de que la mano de otros poderosos militares estaba dispuesta cuanto antes a derrumbar la primera ficha del dominó parado del socialismo democrático.

Chávez embriagado por su entusiasmo no se percató de que Venezuela tiene la necesidad de acometer delicadas tareas para convertirse en un país justo e igualitario, se respeten los derechos humanos, en donde no se atente en contra de las normas constitucionales.

Hugo Chávez debe darle gracias al cielo que los militares no lo mataron como lo hicieron con Víctor Delgado Chalbaud, Marcos Pérez Jiménez y otros porque la eliminación siempre fue el estilo de recuperar y obtener el poder.

Dicen los venezolanos que Hugo Chávez se ahogó con sus propias carcajadas. Ciertamente que si porque su actitud festiva de antes del referéndum se convirtió en una máscara de tristeza cuando los venezolanos e incluso el pueblo chavista dijo simplemente no al cambio y cuando los venezolanos dicen que no, es no.

La negativa del venezolano es el primer acto cívico observado por el pueblo en ocho años carnavalescos que no terminaron en tragedia.

Vale repetir lo dicho por Teodoro Petkoff izquierdista ex ministro de Desarrollo de Venezuela: “cuando se gana el juego, ya a nadie le importa el ‘score’”. Chávez retoma la chaqueta de oveja a la que ya nos tiene acostumbrados cuando las cosas le están saliendo mal, pero usa su frase fetiche “por ahora” para informarnos que su reforma para convertir a Venezuela no en otra Cuba, sino en un sólo país junto con Cuba, no esta muera. Más de media Venezuela grita a coro: “No, Guevon, esta de parranda”…

El efecto dominó ya se manifestó pleno en Venezuela y alivió los pujos totalitarios que enervaron a Hugo Chávez. Bolivia, Ecuador, Colombia, Nicaragua y otras naciones del continente se impresionaron con los resultados. Parece que no deben de olvidar el refrán mexicano que dice “la subida más alta es la caída más dolorosa” y “El Porky de Venezuela” lo ha sentido en carne propia.

 

 


 

 

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